Se dice que el ser humano es un ser racional: piensa, razona, decide por si mismo. Toda una serie de cosas que (dicen) los animales no pueden hacer, y que por tanto nos hacen superiores. Pues bien, yo reivindico la llamada (por mi mismo) "Teoría del Ser Irracional". O dicho de otra forma, que eso de que somos racionales y basamos nuestras acciones más en razonamientos fríos que en sentimientos e instintos es una pura falacia, y además, mentira.
Cada vez que expongo esta creencia mia, siempre hay alguien que se lleva las manos a la cabeza. "Pero qué dices?! Tú estás loco?! No es verdad! Somos seres superiores! No somos animales!". Fair enough, como dicen los ingleses. Po fale, como decimos aquí.
Dice mi admirado Eduardo Punset (http://www.eduardpunset.es/blog/) en su libro "El viaje a la felicidad", que en todo proceso de decisión humana, los sentimientos tienen más influencia de la que todos pensamos. Sobretodo en el inicio y el final de la decisión. En el inicio, porque de repente hay algo que representa para nosotros una alteración de la rutina, una decisión importante que tomar, y eso siempre causa emociones. Por ejemplo, te ofrecen un trabajo nuevo. La primera emoción puede ser miedo, puede ser alegría, puede ser esperanza, ansiedad... pero siempre habrá una primera sensación. Luego empiezan los razonamientos y las comidas de tarro: que si me pagan más, que si puede ser interesante, que si puede ser muy estresante, que a ver lo que me voy a encontrar, que si total no estoy tan mal, que si patatín, que si patatán... Una ristra interminable de ideas que uno sopesa y que desembocan... en donde? En una conclusión racional fruto de una fórmula matemática? MENTIRA!!! (como decía el gran Prof. Palomino). Al final la decisión se toma ni más ni menos que por una emoción, un sentimiento. De repente nos damos cuenta de que ese trabajo es lo que has estado esperando toda la vida, o que te hace mucha ilusión ganar tanta pasta, o que no vale la pena arriesgarse... pero eso no es el resultado de ningún balance, puesto que si tuviéramos que hacer balance y concluir una decisión a tomar, no acabaríamos nunca y quedaríamos atrapados en un bucle infinito. Qué peso le damos a cada criterio? Como puntuamos las características de un trabajo que en realidad no sabemos como va a ser, porque aún no lo hemos aceptado? Así que decidimos porque una emoción nos hace decidir.
Cuando leí esto explicado por el Sr Punset me pareció entender muchas cosas de la vida.
Vosotros direis, bueno, pero de ahí a decir que el hombre es irracional... va un trecho. Y además es prostituir la teoría del buen Sr Punset. Bueno sí, claro, pero tenía que captar vuestra atención con un principio impactante, si no, quién se va a leer todo este rollo? Por supuesto que el hombre tiene una mayor capacidad de razonamiento que el resto de seres de este planeta, pero la base de mi mensaje es simplemente eso, que las emociones, instintos y sentimientos pesan muchísimo más de lo que nos pensamos.
Aún diré más, y esto es otra cosa que también provoca aspavientos cuando lo afirmo: las ideas políticas son, en muchas ocasiones, como el fútbol. Uno no es de un equipo porque sea el mejor, ni porque haya hecho un estudio de cual es el equipo que, racionalmente, es más lógico apoyar, sino simple y llanamente porque uno tiene unos colores, los de su equipo, que ha defendido desde el principio de sus días por la razón más antigua del mundo: porque sí.
Pues en la política pasa lo mismo. Uno tiene unos colores porque los siente, no porque un razonamiento lógico y meditado lo haya llevado a esa conclusión.
De hecho, esto me lleva a otra teoría mia, que quizás desarrolle otro día (si da para tanto, que no creo): la Teoría de la Decisión a la Inversa. Básicamente afirma que muchas decisiones las tomamos a la inversa, esto es, no por el proceso lógico:
- Razonamientos y valoración
- Decisión (en función de la valoración)
; si no completamente al revés:
- Decisión (en función de una emoción, los "colores")
- Búsqueda de argumentos y razonamientos que puedan defender esa decisión
Pues las ideologías políticas son lo mismo: uno primero decide cual es la que siente, o la que le conviene, y luego busca los argumentos que (teóricamente) le han llevado a decidirse por esa ideología. Y qué pasa? Que como casi todo es defendible en este mundo, la mayoría de las veces cuela.
En fin, que mi querida hermana mayor me va a echar los trastos por la cabeza en cuanto lea esto, y va a decir eso de: "Este tío es un melón", pero para eso está internet, para decir y defender melonadas.
Eso sí, pido disculpas al Sr Punset por utilizar sus respetables teorías para defender mis burdas y rudimentarias elucubraciones. Pero, una vez más, esto no hace más que reafirmar lo que decía antes. :)
Seguiremos en contacto.
Buenas noches.