viernes, 24 de abril de 2009

Filosofadas patilleras I: La Teoría del Ser Irracional

Me permito con este post iniciar una sección dedicada a "Filosofadas patilleras". O dicho de otra forma, a todos aquellos pensamientos pseudofilosóficos que a todos nos gusta desarrollar de vez en cuando (normalmente es en la barra de un bar y con un colega, pero no es indispensable), y que tienen la característica y la ventaja de que, puesto que son indemostrables, también son irrebatibles, y por lo tanto son absolutamente válidos mientras a uno le convenga que lo sean.

Se dice que el ser humano es un ser racional: piensa, razona, decide por si mismo. Toda una serie de cosas que (dicen) los animales no pueden hacer, y que por tanto nos hacen superiores. Pues bien, yo reivindico la llamada (por mi mismo) "Teoría del Ser Irracional". O dicho de otra forma, que eso de que somos racionales y basamos nuestras acciones más en razonamientos fríos que en sentimientos e instintos es una pura falacia, y además, mentira.

Cada vez que expongo esta creencia mia, siempre hay alguien que se lleva las manos a la cabeza. "Pero qué dices?! Tú estás loco?! No es verdad! Somos seres superiores! No somos animales!". Fair enough, como dicen los ingleses. Po fale, como decimos aquí.

Dice mi admirado Eduardo Punset (http://www.eduardpunset.es/blog/) en su libro "El viaje a la felicidad", que en todo proceso de decisión humana, los sentimientos tienen más influencia de la que todos pensamos. Sobretodo en el inicio y el final de la decisión. En el inicio, porque de repente hay algo que representa para nosotros una alteración de la rutina, una decisión importante que tomar, y eso siempre causa emociones. Por ejemplo, te ofrecen un trabajo nuevo. La primera emoción puede ser miedo, puede ser alegría, puede ser esperanza, ansiedad... pero siempre habrá una primera sensación. Luego empiezan los razonamientos y las comidas de tarro: que si me pagan más, que si puede ser interesante, que si puede ser muy estresante, que a ver lo que me voy a encontrar, que si total no estoy tan mal, que si patatín, que si patatán... Una ristra interminable de ideas que uno sopesa y que desembocan... en donde? En una conclusión racional fruto de una fórmula matemática? MENTIRA!!! (como decía el gran Prof. Palomino). Al final la decisión se toma ni más ni menos que por una emoción, un sentimiento. De repente nos damos cuenta de que ese trabajo es lo que has estado esperando toda la vida, o que te hace mucha ilusión ganar tanta pasta, o que no vale la pena arriesgarse... pero eso no es el resultado de ningún balance, puesto que si tuviéramos que hacer balance y concluir una decisión a tomar, no acabaríamos nunca y quedaríamos atrapados en un bucle infinito. Qué peso le damos a cada criterio? Como puntuamos las características de un trabajo que en realidad no sabemos como va a ser, porque aún no lo hemos aceptado? Así que decidimos porque una emoción nos hace decidir.

Cuando leí esto explicado por el Sr Punset me pareció entender muchas cosas de la vida.

Vosotros direis, bueno, pero de ahí a decir que el hombre es irracional... va un trecho. Y además es prostituir la teoría del buen Sr Punset. Bueno sí, claro, pero tenía que captar vuestra atención con un principio impactante, si no, quién se va a leer todo este rollo? Por supuesto que el hombre tiene una mayor capacidad de razonamiento que el resto de seres de este planeta, pero la base de mi mensaje es simplemente eso, que las emociones, instintos y sentimientos pesan muchísimo más de lo que nos pensamos.

Aún diré más, y esto es otra cosa que también provoca aspavientos cuando lo afirmo: las ideas políticas son, en muchas ocasiones, como el fútbol. Uno no es de un equipo porque sea el mejor, ni porque haya hecho un estudio de cual es el equipo que, racionalmente, es más lógico apoyar, sino simple y llanamente porque uno tiene unos colores, los de su equipo, que ha defendido desde el principio de sus días por la razón más antigua del mundo: porque sí.

Pues en la política pasa lo mismo. Uno tiene unos colores porque los siente, no porque un razonamiento lógico y meditado lo haya llevado a esa conclusión.

De hecho, esto me lleva a otra teoría mia, que quizás desarrolle otro día (si da para tanto, que no creo): la Teoría de la Decisión a la Inversa. Básicamente afirma que muchas decisiones las tomamos a la inversa, esto es, no por el proceso lógico:


  1. Razonamientos y valoración
  2. Decisión (en función de la valoración)

; si no completamente al revés:

  1. Decisión (en función de una emoción, los "colores")
  2. Búsqueda de argumentos y razonamientos que puedan defender esa decisión

Pues las ideologías políticas son lo mismo: uno primero decide cual es la que siente, o la que le conviene, y luego busca los argumentos que (teóricamente) le han llevado a decidirse por esa ideología. Y qué pasa? Que como casi todo es defendible en este mundo, la mayoría de las veces cuela.

En fin, que mi querida hermana mayor me va a echar los trastos por la cabeza en cuanto lea esto, y va a decir eso de: "Este tío es un melón", pero para eso está internet, para decir y defender melonadas.

Eso sí, pido disculpas al Sr Punset por utilizar sus respetables teorías para defender mis burdas y rudimentarias elucubraciones. Pero, una vez más, esto no hace más que reafirmar lo que decía antes. :)

Seguiremos en contacto.

Buenas noches.

jueves, 23 de abril de 2009

Burrocracia (3ª parte)

Lejos de desanimarme en mi particular lucha contra las complejidades de la burocracia, cada nuevo inconveniente me estimulaba a seguir luchando... Bueno, vale, estoy hasta las narices, pero ya que hemos llegado hasta aquí, no es cuestión de rajarse ahora.

Así que el otro día llamo a la propietaria de mi piso, la señora Fulanita de Tal y Tal, una señora muy amable con la cual me llevo estupendamente bien. "Señora Fulanita, pues verá, es que tengo un pequeño problema...". Y le explico (por enenenésima vez) mi aventura, pidiéndole si por favor puede contactar con su entidad bancaria para que, al cobrar en alquiler, apunten toda la dirección completa en el concepto de la transacción. Me aseguro de repetirle que por favor envien la dirección completa, código postal incluído, porque a estas alturas ya empiezo a conocer un poco el percal, y no tengo ganas de más problemas.

La Señora Fulanita accede amablemente a hacer lo que le pido, pero el lunes porque hoy su marido tiene que ir al médico. Yo le digo que no se preocupe, que a estas alturas no hay urgencia.

El lunes siguiente recibo una llamada de la Señora Fulanita, sobre el tema en cuestión. "Pues es que resulta que en mi banco me han dicho que ellos envían la dirección completa, así que si no sale en el recibo, debe ser problema de tu banco. Tendrías que llamar a tu banco, tal y cual...". Total, que me planteo llamar a mi banco, pero en ese momento se activa automáticamente mi "deformación profesional", experimentada en el campo de la creación de aplicaciones informáticas y el trato con usuarios. Me viene una imagen a la cabeza, en la que yo mismo estoy intentando convencer a la señorita operadora de mi entidad bancaria de que, en un campo de un recibo que solo el dios de la informática sabe qué información está mostrando, se tiene que mostrar en vez de eso... y me siento cansado, muy cansado. Me siento en la cama deshecha, con la cabeza enterrada entre las manos. El mundo no puede ser tan complicado. Acaso la era de la informática nos está complicando y dificultando mucho más la vida, en lugar de facilitárnosla? No puede ser todo tan complicado...

Cuando termino de llorar a voz en grito, decido reponerme y buscar una vía de ataque alternativa. Así que decido que necesito otro plan: la factura de la luz. Llamo a la compañía de la luz y le explico a la señorita que en la factura mensual aparece como titular otra persona que no soy yo (una tal Nuria Vives, que yo desconozco completamente), pero que yo estoy pagando la factura. Así que necesito aparecer yo como titular por un tema administrativo, y pregunto que como tengo que gestionar eso, esperando que me redireccione a cualquier otro departamento y así empezar una nueva transacción también interminable. Pero... oh, sorpresa... "No hay problema, señor". Me pide mis datos, y en un plis plas el cambio de nombre está hecho por teléfono, y la señorita me asegura que en la próxima factura, yo apareceré como titular.

Me sorprende la facilidad de la transacción. Será porque, en esta ocasión, hay pasta de por medio? No hombre no, que desconfiado eres. Es que cambiar una dirección en el padrón municipal, como todo el mundo sabe, es una gestión mucho más complicada y peligrosa, y que requiere de una serie de medidas de seguridad adicionales para evitar que los espías del KGB se metan en los archivos del CESID, que Ossama Bin Laden pueda cometer otro atentado parecido al de las Torres Gemelas, y que los polos se derritan causando así el final de la vida en la tierra.

Total, que esta es la situación actual. Ahora el siguiente paso es esperar que llegue la próxima factura de la luz, donde teóricamente apareceré yo (y nadie más que yo) como titular, y así podré ir a cambiar mi dirección en el padrón municipal sin problema ninguno y en menos que canta un gallo. Y después podré ir a la Seguridad Social, con el papelito que me den en el padrón, e inscribirme en el CAP de mi barrio, y podré votar, y quizás (imagino en un momento de ensoñación) incluso pueda, algún día no tan lejano, aparcar en la zona verde sin tener que pagar una pasta, y todas esas cosas que hace la gente normal. Los ojos se me llenan de lágrimas, así que me veo obligado a ir terminando este capítulo.

Estoy seguro de que esta vez funcionará, ahora sí que mis esperanzas se ven renovadas. Aún así, estoy pensando que tengo un primo karateka (el que sale en la foto) y que me lo voy a llevar la próxima vez que vuelva por el Ayuntamiento... por si las moscas.

Continuará...

miércoles, 22 de abril de 2009

Burrocracia (2ª parte)

Así que una vez más pongo la casa patas arriba, buscando en esta ocasión un recibo del alquiler del piso que me permita, de una vez, demostrar cual es mi residencia a los ojos de las desconfiadas entidades públicas. Por fin encuentro el maldito recibo!! Esta vez nada puede fallar!! Al día siguiente iré una vez más a la oficina del Ayuntamiento y efectuaré el cambio de dirección de una vez.

Al día siguiente, voy una vez más a la oficina. Hago la cola de rigor para que me den el numerito, pero esta vez, ya escarmentado, decido preguntarle a la señora funcionaria sobre la validez del documento, y así ahorrarme hipotéticas esperas innecesarias (esto de la burocracia cada día se me da mejor, ya no se me escapa ni una). Explico por enésima vez toda la historia de pe a pa, y le muestro el valioso recibo de alquiler. Lo examina y, para desesperación mía, suelta:
"Uy, pero aquí no pone la dirección del piso".

...

Tras unos segundos de inconsciencia (seguramente mi cerebro se desconectó automáticamente para no sufrir una sobrecarga o algo parecido), reacciono, miro el recibo y le digo "Bueno, pero aquí está el nombre de la propietaria, Fulanita de Tal y Tal, mire, mire. La misma Fulanita de Tal y Tal que aparece en el contrato, que ya traje y tengo aquí...". Me interrumpe para decir con la mayor indiferencia "Sí, pero tu puedes vivir en cualquier piso que sea propiedad de esa señora. Esto no sirve.". Total, que con una mezcla de ira y súplica, intento hacer comprender a la funcionaria que es la tercera vez que me presento allí, que no es posible que sea tan difícil cambiar una simple dirección en el padrón municipal, que tal y cual... pero todo es en vano, "la normativa es la normativa", dice. Todos mis esfuerzos por convencerla no consiguen arrancar en ella más que bufidos de indiferencia.

Salgo de la oficina buscando a alguien que tenga pinta de tener la culpa de todos mis problemas, con intención premeditada de cometer un asesinato, pero decido que no resolverá mi problema, así que me calmo y reflexiono. Esto no puede acabar así, no puedo dejar que me venza la maldita "burrocracia". Han ganado una batalla... vale, tres... pero no la guerra. En mi mente se va trazando un plan maquiavélico...

Continuará...

viernes, 17 de abril de 2009

Burrocracia (1ª parte)


Hoy, con todos ustedes, una emocionante historia basada en un hecho real. La epopeya (pues digna es de semejante nombre, más aún cuando todavía no ha terminado) narra las aventuras y desventuras del protagonista (yo) para intentar cambiar su dirección en el padrón municipal, y de esta forma poder votar, ir a la Seguridad Social, y todas esas cosas que hace la gente normal.

Pues resulta que voy a la oficina del Ayuntamiento de mi barrio (Hostafrancs, en BCN) el otro día, dispuesto a actualizar mi dirección en el padrón municipal. Para ir ya preparado (hombre prevenido vale por dos) llevo conmigo el contrato de alquiler del piso en el que vivo, en previsión de que seguramente me pedirán un documento que acredite que efectivamente resido en el barrio.

Entro, veo un mostrador a la entrada donde reparten los números de turno y "oh, maravilla", no hay casi cola. Voy al mostrador, donde una señorita muy amable me pregunta que deseo. "Pues quería cambiar mi dirección en el padrón". Me pregunta si traigo el contrato. "Si es que no se me escapa una", pienso yo, "todo va rodao". Así que la señorita me da un número y entro adentro.

Como casi no hay gente, me atienden enseguida en uno de los mostradores. "Pues que quería cambiar mi dirección en el padrón, aquí tiene el contrato", le digo al señor. El señor se lo mira, pone cara de contrariedad, y dice "Uuuuuy, este contrato está caducado, es valido sólo por un año". Pero yo, que voy preparado para cualquier contratiempo, le respondo "Sí, pero es prorrogable a 5 años, lo dice aquí, en esta cláusula, mire, mire". El señor se la lee y dice con indiferencia "Sí, aquí pone que es prorrogable, no que haya sido prorrogado". Ante semejante argumento, por supuesto, me deja desarmado. Le digo "Bueno, y que tengo que hacer?". "Pues me tiene que traer una factura de la luz, del gas o del agua".

Parece que no iba tan preparado después de todo, pero esta pequeña adversidad no puede vencer a mi firme voluntad de conseguir mi meta. Así que voy a casa y la pongo patas arriba (soy un poco desordenado, sí) hasta encontrar una factura de la luz, donde... "ajá! Figura mi nombre!". Esta vez nada puede fallar. Nadie dijo que sería fácil, pero esta vez es la buena.

Voy otra vez a la oficina, donde en cuestión de pocos minutos se ha formado una cola tremenda. Parece que todo el mundo ha decidido venir a la misma hora. Qué mala suerte. Hago cola durante unos minutos, otro señor me da número otra vez. Me pregunta si traigo el contrato, por supuesto, pero no considero necesario aclararle que ya he venido antes, así que le digo que sí. Después de todo, esta vez todo irá bien. Dentro hay un montón de gente esperando, la mayoría inmigrantes. Me siento a esperar. Hay una mujer que parece peruana, con un niño en un carrito. El niño tiene un aspecto bastante gracioso, con ojos achinados, cara de pan de quilo y corte de pelo a lo Juana de Arco. Se acerca un gitano que entra en la sala con su madre, una gitana de las que parece que te van a leer la mano, y si no quieres te echan una maldición que te cagas para el resto de tu vida. "Mira, mira! Que niño más gracioso! Se parece a ese que sale por la tele, el Machu Pichu! Qué divertida es esa serie! No será el Machu Pichu su padre?" le dice ni corto ni perezoso el gitano a la señora peruana. Ella niega amablemente para despejar toda duda sobre la paternidad del crío, cosa comprensible por otra parte. Yo me pregunto que le parece a la señora que llamen Machu Pichu a su crío, pero parece que ya es mi turno. Por fin!!

Entro al interior. Otro mostrador, otra señora con cara seria. Le explico la historia, "es que he venido antes... blablabla... así que aquí traigo la factura de la luz, aquí está mi nombre". La examina cuidadosamente, y dice "Uy, sí, pero el titular no eres tú, es una tal Núria Vives, mira, mira aquí". Tú solo eres el destinatario de la carta. Se me pone cara de tonto. "Bueno, pero si mi nombre sale ahí, es porque pago yo la factura". "Tú puedes pagar las facturas de toda Barcelona, si quieres, pero esto no sirve". No me lo puedo creer. Empiezo a pensar que hay una cámara oculta en alguna parte, pero como no me parece adecuado preguntar donde está, le pregunto a la señora qué tengo que hacer entonces". Me dice que traiga el recibo del último alquiler.

Salgo de la oficina con un cabreo del quince. El recibo del último alquiler, vete a saber donde está eso, además ya es tarde y tengo que ir a trabajar, así que debo posponer la operación para otro día. No pasa nada!! Seguro que debo tener el dichoso recibo por alguna parte, y esta vez nada podrá impedir que me empadrone!!

Continuará...

martes, 14 de abril de 2009

Dark was the night, cold was the ground


Y Shadowman se compró un dobro. Y dijo "Oh well" con voz profunda y enronquecida por el licor de maíz. Y mientras la luz del atardecer cubría los campos de algodón de color dorado, rasgó las cuerdas de su instrumento y puso en su blues toda su pena y su dolor...

Ok, no es así exactamente. Simplemente se compró un dobro, porque siempre ha sido un poco friki a su manera, y como no, tenía por lo menos que hacer un intento de tocar esta hipnótica melodía de Blind Willie Johnson (el tipo de la foto). Este si que decía "Oh well", y cantaba con voz de whisky. Debió de grabar esta canción alrededor del 1930. Tela marinera.

Esta es la humilde versión de Shadowman. Una vez más imperfecta pero sentida. Además, a Willie también le sonaban las cuerdas que no tenían que sonar cuando le daba al slide, que lo he oído yo :P

sábado, 11 de abril de 2009

Voces femeninas

Siempre me he dado cuenta de que, en cuestión de música, nunca ha habido muchas voces femeninas que me emocionaran demasiado. Supongo que quizás un servidor se identifica más con una voz carajillera como la Tom Waits o Joaquín Sabina, no sé. El caso es que, sobretodo recientemente, me he dado cuenta de que existen (como mínimo) dos señoras cuya voz me parece de lo más bonito que he escuchado nunca.

La primera es Emmylou Harris, figura de la música country americana. Dicen que la descubrió en 1971 Chris Hillman, entonces ex-miembro de The Byrds, y que quedó impresionado por su voz cuando la vio cantando una noche en un garito. Me pregunto yo si el hecho de que Emmylou fuera en aquel entonces una joven bastante atractiva (como puede verse en la foto) no impresionaría también bastante al Sr Hillman. Sí, ya lo sé, todos los hombres somos unos cerdos. Pero bueno, precisamente por eso sé de lo que hablo. A mi desde luego me presentan a un ángel con esa voz y le pido matrimonio inmediatamente - "Emmylou, que te iba a decir... que si quieres casarte conmigo?"
Bueno, a lo que iba, que me lio!!! ... aquí va una muestra. A dúo con el inigualable Mark Knopfler.





La segunda... bueno, sobre la segunda empezaré explicando que, no hace mucho, me encontraba yo en casa de mi hermana jugando con ella y sus amigas al karaoke (a mi esto de hacer el ridículo siempre me ha ido bastante). Cuando ya no sabía yo que canción destrozar, me dicen las niñas "Oye, tú tendrías que cantar la canción de la rubia esa". "La rubia, que rubia? Y porqué?" pregunté yo, no sin extrañeza. "Porque la canción esa te va a ti". Así que, ni corto ni perezoso, busco la canción de "la rubia esa" en la maquinita del diablo, y cual no sería mi sorpresa cuando la cantante resultó ser (nada más, pero sobretodo nada menos)... que Dolly Parton!!!! Y la canción... "9 to 5"!!!.

Evidentemente, canté la canción sin pensármelo dos veces, pero no pude evitar preguntarme qué impresión le había estado yo dando a mi hermana pequeña durante los más de 20 años que hace que intento que me tome en serio, y sobretodo, porqué sus amigas piensan que a mi "me va" esa canción.

Pero bueno, me da igual, y ahora he decidido salir de este armario musical y admitirlo... me gusta Dolly Parton!! Sí, que pasa!!! Y además, en esta ocasión estoy hablando puramente de una cuestión musical, y no tiene nada que ver con el tamaño de sus pechos, que también deu n'hi dó (tampoco podía dejar de comentarlo) :P

Total, que hace poco he descubierto que esta señora sabe cantar cosas como esta. Juzguen ustedes.

De vuelta

"Hola, oscuridad, mi vieja amiga,
he venido a hablar contigo otra vez.
Porque una visión, arrastrándose suavemente,
dejó su semilla mientras dormía.
Y la visión, sembrada en mi mente,
aún sigue ahí.
En el sonido del silencio."

Shadowman ha vuelto.